¡Qué se estrelle!

Trabajo cerca del aeropuerto de la Carlota, y todos los días veo aviones y helicópteros que despegan y aterrizan.

Todos los días veo  los noticiarios y también veo como él despega y aterriza, una y otra vez.

¿Por qué no se estrella?

Hay quien dice que él, está protegido.  Que hay fuerzas que lo mantienen. Que tiene suerte. Otros dicen que el avión es buenísimo y que tiene mucha gente pendiente para que no se caiga. También sale alguno a decir que la probabilidad lo favorece, que son muchos aviones en el mundo los que vuelan todos los días.

Creo que el problema entonces es la pregunta. Probablemente siempre existan muchas explicaciones y, a la final, no se responde nunca lo que uno quiere. Entonces pasemos a la afirmación:

¡Qué se estrelle!

Suena tan bien. Automáticamente la imaginación recrea la escena, con las causas y consecuencias. Historia feliz para uno y triste, si eso es posible, para otros.

Ahhhhhhh. Hasta el caos que surgiría, según los apocalípticos, se ve bien. Gente asustada que corre, gente ambiciosa que corre, gente feliz que corre, gente nerviosa que corre…

Bueno. Sigamos esperando e imaginando. Probablemente si lo imaginamos mucho estaremos hasta preparados para cuando pase. Porque de seguro pasa. En algún hueco se van a podrir sus carnes y sus huesos. Cuando sea.